En la tradición bíblica, Abel fue el segundo hijo de Adán y Eva, conocido por su justicia y por ofrecer sacrificios agradables a Dios, lo que lo convirtió en un símbolo de pureza y bondad.
Este nombre simboliza inocencia y justicia, reflejando la nobleza del personaje bíblico; sacrificio y fe, evocando su devoción y destino trágico; y humildad y espiritualidad, representando su carácter pacífico y su cercanía con lo divino.
"La verdadera justicia no se impone, se demuestra con la integridad de los actos."
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FUENTES
1. Diccionario etimológico de nombres hebreos.
2. Historia y simbolismo de Abel en la tradición bíblica.
3. Heráldica y representación de nombres religiosos en escudos.